Miro la fecha para asegurarme: hace cinco meses que no publico en este blog.
Todas las semanas aparece en mi agenda la anotación “escribir entrada para Rutas”; pero no se cumple. Y hoy estreno cuaderno, afilo el lápiz, me hago preguntas.
¿Alguien está esperando este mensaje? ¿Sabe quién se lo envía y para qué? ¿Estamos en contacto de algún otro modo, más cómodo, útil o cercano?
Me miro al espejo de estas líneas y veo dos rostros al otro lado, con dos respuestas muy diferentes.
Hay un rostro presente, de carne y hueso, que ha recorrido pueblos y ciudades, ha leído con niños y adultos, ha planteado retos y buscado soluciones para comunicarnos a través de la lectura. Alguien en quien me reconozco.
Pero hay un rostro ausente, alguien que ha intentado jugar en la Red según reglas con las que no se siente cómoda. Alguien que no soy yo y a quien, probablemente, nadie espera.
¿Merece la pena, entonces, volver a habitar este espacio? Por mi parte me digo que sí, que tiene sentido un buzón donde reunirnos, porque las Rutas se extienden más cada día, inician nuevos proyectos, quieren mantener lazos. Pero no basta mi voz. Hoy tengo que pasaros el turno, pedir un comentario, un signo de presencia.
¿Queréis conocer la nueva Guía y participar en su creación? ¿Saber quiénes somos las Brujas, si todavía no hemos coincidido en persona? ¿Estar al tanto de los proyectos que desarrollamos y también de los que encontramos en el camino y nos parecen maravillosos?
¿Queréis que este mensaje llegue a vuestra bandeja?
Pongo el dedo sobre el botón del cuentakilómetros y espero.
Si me haces una señal, empezamos de nuevo.
PD: La imagen de cabecera es obra de Simone Rea y pertenece al álbum El actor, editado por A buen Paso. Es una de esas historias bellas, sutiles, que no nacen para la fama sino para el amor. Yo amo este libro. Lo regalo a algún amigo con la timidez de un mensaje secreto, sintiéndolo mío. Y os lo recomiendo en postdata, porque no puedo evitarlo.