Nos encanta el papel: el sonido, el aroma, pero especialmente el tacto. A veces nos enamoramos de pedacitos que no parecen tener nada de especial. De tanto en tanto llegan a nuestras manos verdaderas obras de arte.
El papel, los lápices y, por supuesto, los libros tienen alma de bosque. Quizás por eso hoy han nacido troncos, ramas y hojas sobre una suave esquina rasgada. Por arte de doodle. Así se llama en inglés ese trazo que surge casi automático, que va llenando una página mientras nos concentramos en otra cosa: una llamada de teléfono, una clase, un cuento… De repente miramos el rastro de tinta que han dibujado nuestras manos y resulta que hemos liberado todo un mundo. Relaja. Es creativo.
Hoy os dejamos a la sombra de nuestra arboleda. El próximo día traeremos unos patrones sencillos para que os unáis a la invasión vegetal.
2 respuestas
Me encanta, alguien por estos bosques sabe que el curso que viene la escuelina del Valle va a convertirse en un frondoso bosque.Precioso.Un doodlebeso.Mirta
Busca la etiqueta «BOSQUE» para vuestra escuelina. ¡Ya sabes que estaremos encantadas de acompañaros!
Un beso «estampado»: TresBrujas