Dibujo de una ciudad.
Tejubehan.
Thule
Cierra los ojos. El aroma del papel es una alfombra voladora. Extiende tus manos para iniciar el viaje, deja que las yemas de tus dedos descubran la diferencia entre este libro y los demás. Escucha el rumor de las páginas, la suave fortaleza de sus alas: hay muchas voces ocultas en este objeto, mensajes que te buscan incluso antes de abrir tus sentidos a la imagen y al texto.
El camino ha sido más difícil de lo que imaginas. Esta historia es real y presente, como una carta manuscrita en tu buzón. Una carta de Teju, la autora.
“Me llaman Teju. Aquí es donde estoy, soy una niña de aldea.”
Una niña de aldea que se enfrenta al hambre y al bosque, al trabajo duro, a la pobreza. Que no debe cantar en público. No debe aprender a dibujar. Porque en la vida que le está destinada, sus sueños sólo pueden transformarse en oraciones.
Pero no es un milagro el que pone a su alcance primero la música y después la pluma y el papel. Es simplemente una persona que cree en ella como igual:
“Entonces Ganeshbhai me dice: <<¿Por qué no pruebas?>>
Es como magia. Me siento en un lugar con pluma y papel y mi mano se mueve sola. Líneas, puntos, más líneas y más puntos y ya tienes un dibujo. Puedo darle vida a cosas que he visto y he conocido y también a cosas que imagino. Incluso puedo mezclarlas.
He viajado durante toda mi vida, buscándome la vida, pero esto es un camino nuevo. Colma mi corazón.”
Todos los libros nos transportan al interior de sus creadores. Sus miradas, sus sentimientos, sus palabras, se hacen nuestros a través de los personajes, aunque todo lo que cuenten pertenezca a otra época o sea completamente inventado.
Pero aquí, como sucede en una carta personal, no hay apenas distancia entre la mano que dibuja, su sencilla descripción de los hechos, y el final que se materializa entre nuestros dedos. No se trata solamente de la veracidad palpable en las palabras y los dibujos de Teju. Libros como éste existen gracias a proyectos como Tara Books, una pequeña editorial independiente de la India que no descuida ningún detalle de ese proceso de transmisión: Como ellos mismos declaran, “buscamos combinar la estética y la política, sin una pesada carga de pedagogía de manual, y recuperar la belleza con relevancia social. (…) Concretamente, estamos interesados en explorar modos de mirar, representar y pensar, especialmente de los individuos y tradiciones que han sido ignorados o relegados. (…) Realizamos talleres, investigación y documentación en torno a la pedagogía crítica, el arte indígena y popular, la lectura y la educación artística, la paz y los estudios de género.”
Todo esto es lo que perciben mis sentidos cuando les llega Dibujo de una ciudad. Y me doy tiempo para ello, como Teju:
“En este punto dejo descansar la pluma un momento. Hay tiempo para decidir.”
Un comentario
Precioso texto para una lectura del todo gratificante. Lo acabo de leer y tengo la sensación de haber transitado por un mundo mágico pero de una manera sencilla, al alcance de mi mano, sin dramatismos no grandilocuencias. Teju nos lleva por callejones oscuros y luminosos a la vez sin abandonarnos en ningún momento. Es maravilloso como la interacción y la comunicación se dan cita en este libro traspasando todo tipo de fronteras: culturales, lingüísticas, sociales, de género… Son estas cosas las que deberían poblar los telediarios para traer esperanza real a la vida de la gente.
Felicidades por el artículo.