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VIAJAR EN LAS PALABRAS

¡Cuántos viajes se han cancelado en estos meses! Y qué necesario se ha hecho, más que nunca, viajar en las palabras: acercarnos al otro mágicamente por medio de un lenguaje especial, aquel que François Bresson denominó “la lengua del relato”.

En el CRA Castrillón-Yllas ya tenían la ruta iniciada. Figuraba entre sus pasaportes, con cinco grandes escalas en otras tantas obras basadas en el folklore y una maleta entera de propuestas de lectura en torno a cada una. Hoy lanzan su mensaje en una botella simbólica para que podáis uniros sea cual sea vuestra isla y se ofrecen también a compartir su cuaderno de viaje, repleto de juegos y recuerdos.

VIAJAR EN LAS PALABRAS

PASAPORTE DE LECTURA

 Desde las primeras nanas que nos dan la bienvenida al nacer, las palabras se convierten en el instrumento más poderoso para atravesar el tiempo y el espacio, incluso la realidad, y alcanzar los mundos posibles e imposibles.

Las palabras viajan con más fuerza si las arropan la rima y el ritmo, el símbolo y la metáfora, la intención poética y artística.

Y todos los seres humanos tenemos billete reservado.

 

Juguemos en el bosque

JUGUEMOS EN EL BOSQUE. Mónica Bergna. Colección Clave de Sol. Ekaré

Dentro de una estupenda colección de folklore infantil, este título contiene las claves esenciales del arte y la palabra en la primera infancia. Un juego de esquema corporal y hábitos cotidianos en el que la ilustración cambia el reto original de enfrentarse al lobo.

http://ekare.es/libros/juguemos-en-el-bosque/

malacatu

MALACATÚ. María Pascual de la Torre. A buen paso

Desde las guardas una apacible cocina familiar nos recibe en nombre de sus personajes, desplegándose a la vez como campo de batalla y como representación de sus puntos de vista. Pero el diálogo es mágico, poético y peripatético: folklore que nos da voz …y capacidad de escuchar al otro.

http://unperiodistaenelbolsillo.com/maria-pascual-malacatu/

Issun Boshi

ISSUN BOSHI. Icinori. Ekaré

Un pulgarcito japonés que acompaña la historia de estos imprescindibles héroes mínimos con una renovación visual de nuestro imaginario infantil tradicional.

http://edicionesekare.blogspot.com/search?q=issun&max-results=20&by-date=true

Enigmas

ENIGMAS. Beatriz Martín Vidal. Thule

Preguntas que nacen de los cuentos clásicos, de sus luces y sombras, de sus dilemas terribles y profundamente humanos. Las imágenes combinan técnica y belleza con una gran penetración psicológica.

http://revistababar.com/wp/enigmas/

Romance

ROMANCE. Blexbolex. Libros del Zorro Rojo.

Una estructura narrativa y poética en la que el lector participa y crea activamente, cumpliendo una de las principales funciones de la literatura: la construcción y transmisión del imaginario colectivo.

http://revistababar.com/wp/romance/

 

© La imagen de cabecera es obra de Samuel Castaño para la cubierta de El viaje del calígrafo, de Arianna Squilloni, editado por Juventud. Otra sugerencia perfecta para nuestro itinerario que os brindamos a través de las palabras de Ana Monte:

“¿Constituye este libro un homenaje a todas las personas que relatan? ¿Nuestra propia vida puede convertirse en historia, es decir, somos nosotros el relato? ¿Las palabras que nos cuentan se parecen en algo a aquello que describen? ¿O son un mero código que nos ayuda a la simple transmisión de la información? Me hago estas preguntas porque el texto asegura que “los trazos que componían el nombre de las cigarras chirriaban como un mediodía de verano”. ¿Alguna vez habéis oído el chirriar de las chicharras en un día de calor en el mediterráneo? Yo no sabría trazar ese sonido, pero sí que tiene un lugar fundamental en el catálogo de mis favoritos.”

https://bosquedelecturas.wordpress.com/2020/04/02/el-viaje-del-caligrafo/


EL SILBIDO DEL LOBO

Vacaciones. Un pueblo cualquiera donde los campos están a un breve paseo de la cama donde amaneces. El tiempo se mide en palabras como “chapuzón”, “primos”, “helado”, “bicicleta”, …”tebeos”. Sí, siempre hay rincones donde se apilan esos maravillosos papeles.

Yo los leía todos: de humor y de aventuras, en blanco y negro y en color, nacionales y extranjeros. Los devoraba con finales cerrados y con implacables “continuará” que no se habían cumplido en treinta años. Repetía una y otra vez, aunque los conociese de memoria. Era adicta.

Me encantaba también la sensación de compartir lecturas con invisibles compañeros de varias generaciones. Mi propio padre era uno de ellos, pero transformado ficcionalmente, igual que todos nosotros, en un travieso muchacho del País de Nunca Jamás. El cómic era un reino de libertad y de infancia.

Con la vuelta al cole, aparecían las listas de lecturas recomendadas, los clásicos y el didactismo. Como auténtica ratona de biblioteca, los devoraba igualmente; pero la fraternidad se rompía, emulada apenas por el intercambio de series y colecciones. El mundo de la viñeta no exigía carnet ni declaración de principios. Cualquiera podía entrar y salir de él sin condiciones.

 

El silbido del lobo me ha devuelto esa sensación. A pesar de venir camuflado por una cuidada edición en tapa dura y con una innecesaria justificación en la contracubierta, la narración gráfica también pasa sin complejos de un género a otro: del álbum a la narración ilustrada, del cuento tradicional a las películas de pandillas, pero siempre en clave de cómic. En sus páginas, un héroe incomprendido combate contra la avaricia y el desprecio de los poderosos; las calamidades se abaten sobre él; una extraña sustancia lo transforma… ¿No os suena de nada?

A partir de ahí mi fiebre creativa se desata. Que el personaje protagonista sea un lobo establece continuidad con los talleres de periodismo que dieron tan buen resultado y me empuja a retomar los de cómic. Quiero recorrer sus elementos, proponer selecciones, hacer un club de lectura, un canal de booktubers. Y, puesto que tengo pendiente una consulta desde nuestro correo (¿Ves, Rocío? No nos habíamos olvidado), vamos a empezar una nueva ruta, una ruta de CÓMIC.

Sigue El silbido del lobo y descubre tus súper poderes. ¡Reinventamos las vacaciones!

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El silbido del lobo

Bjorn Rune Lie

Barbara Fiore Editora

 


La jardinera. Sarah Stewart. Ed. Ekaré.

LA JARDINERA

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Queridos lectores:

Me siento a escribiros bajo esas nubes, ya de otoño, que prometen agua a los campos. Estuve con vosotros, grandes y pequeños, en las I JORNADAS DE RUTAS DE LECTURA y hablamos de emociones. No, no de aquellas que viven disecadas en un catálogo escolar, sino de las que nacen de forma espontánea al compartir una historia, al dejar que sus páginas nos lleven a nuestra propia vida y a las cosas que nos importan.

Hubo risas, canciones, muchos ojos atentos y también sorprendidos. Hubo cuentos de antaño, lecturas de siempre y para siempre. Y entre todas ellas, hubo un lazo que quiero compartir aquí, en esta carta, como hago a veces con mis amigos: un regalo de palabras bajo la protección de un sello.

Hace unos años, La jardinera era para mí un libro pequeño y agradable que solía olvidar en la estantería cuando salía a la calle con mi carrito de biblioteca. Me gustaba la narración en género epistolar, la protagonista tranquila y paciente, el valor cotidiano que permite a los niños sobrevivir a las grandes crisis sin renunciar al futuro… pero me faltaba algo. En realidad, me faltaban muchas cosas, conexiones que me trajo el tiempo cuando, igual que la pequeña Lydia Gracia, ejercí el arte de sembrar y cuidar lo sembrado.

Llegó el tiempo de Rutas. Años de trazar itinerarios de lectura, de libros que conducen a otros libros, se plasmaron en este proyecto. En él coincidimos con personas de muy distintas edades y profesiones, para quienes el álbum ilustrado era especial. Y una de ellas me dijo: “Es uno de los pocos libros que no puedo leer sin una lágrima”. Y entonces me llegó, por fin, en su formato original. No aquel de tapa blanda y reducido tamaño que yo conocía. Ahora podía sumergirme en sus ilustraciones como si fueran escenas de una película; leía las cartas en medio de esas ilustraciones, como pausadas postales; me iba llenando de luz a través del viaje.

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El libro me eligió; pero el amor aún estaba por llegar.

Un día saqué de la biblioteca pública una novela gráfica dramática y autobiográfica: Stitches. A lo largo de sus viñetas en blanco y negro, de fuertes claroscuros y líneas angulosas, asistí a una infancia marcada por el desamor y la enfermedad. Sufrí por un niño que no encuentra su lugar en el mundo, pues los brazos de su madre, que deberían ser su primer refugio, jamás lo acogen. En las últimas páginas huí con él de aquel entorno desgraciado.

Sólo en los agradecimientos finales -ese texto que nadie lee, que es casi una dedicatoria personal- llegué a la total reparación: la vida continúa más allá de esa “a medias ficción” y el autor se encuentra a sí mismo en una relación cómplice y libre al mismo tiempo, la que establece con su mujer, Sarah Stewart. El nombre resuena en mi interior. El volumen que tengo entre mis manos es una obra de David Small. Por fin cada trazo, cada profundo significado de La jardinera, llega verdaderamente hasta mí.

Unos puntos suspensivos representan un silencio en medio de las cartas. En ésta anticipan el final, pero también el espacio para un continuará. Al contar esta experiencia de lectura en las Jornadas he revivido mis emociones y he invitado a otros a comprenderlas.

La tarde se escapa. Lanzo mi mensaje al abismo de los buzones, aunque sean digitales. Queridos lectores: qué riesgo delicioso, escribir esas palabras.

Felices cuentos. Felices encuentros.

Con cariño os escribe:

Beatriz

 


LA PUERTA

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La puerta.
Michel Van Zeveren
Editorial Corimbo.

” Una cerdita entra en el baño, buscando un poco de intimidad para ducharse. Pero parece que toda la familia se ha puesto de acuerdo para interrumpirla… Una reflexión sobre la necesidad de espacio personal, el respeto y la importancia de comunicar nuestros sentimientos.” (Ruta 4. Comunicación no-verbal: la dramatización como recurso. Pág. 63)
A las Brujas nos gusta el Teatro. Lo disfrutamos como espectadoras, también lo utilizamos como recurso cuando contamos cuentos o leemos en voz alta un texto. Pero hoy os proponemos algo más. Más que un elemento de disfrute, más que un recurso educativo. Hoy traemos el teatro como un PROYECTO EDUCATIVO en sí mismo.

Por una parte, requiere un trabajo corporal, educar la voz, bucear en nuestras emociones, aprender a expresarlas. Pero es también una oportunidad para aprender a planificar. Es necesario, por ejemplo, pensar en el vestuario, el tipo de luz y decorados, para recrear el ambiente que necesita la historia. Requiere también aprender a dirigir a los actores, establecer calendarios de ensayos, decidir cuándo la obra está lista para ser representada. También  precisa organizar la producción: establecer los recursos disponibles, presupuestar gastos, realizar compras, establecer aforo y valor de la entrada, elegir los medios publicitarios, diseñar cartel y entradas…

En definitiva, un proyecto educativo integral en el que abordamos varias áreas de conocimiento (matemáticas, lengua española, conocimiento del medio, plástica) y en el que desarrollamos múltiples competencias y nuestra inteligencia emocional.
¿Se le puede pedir algo más a un proyecto? Pues que sea sencillo de llevar a cabo en el aula. Para eso hemos elaborado la Ruta 4, un paso a paso de cómo utilizar la dramatización como recurso, lleno de enlaces a artículos y experiencias que os ayudarán a que vuestro proyecto teatral sea todo un éxito: http://www.rutasdelectura.com/descarga_pdf/Ruta4.pdf

Nuestro camino comienza ante una puerta. ¿Te atreves a abrirla?

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Ilustración de Suzy Lee para Alice in Wonderland


CUANDO NACE UN MONSTRUO

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Cuando nace un monstruo.

Sean Taylor y Nick Sharratt.

Editorial Juventud.

“Cuando nace un monstruo, las posibilidades son siempre infinitas. Puede que lo haga en los bosques lejanos y entonces ya está; o puede que decida vivir debajo de tu cama y os hagáis amigos para siempre.

Un libro desternillante con una estructura circular que plantea siempre dos opciones posibles: la que pone final a una de las historias y otra que la continúa. Una propuesta que invita a reproducirla una y otra vez, creando nuestros propios relatos.” (Ruta 6: Comunicación literaria: Estructuras narrativas, pág. 96)

 

Las Brujas siempre llevamos este título en nuestra escoba volandera. No importa cuál sea el curso al que vamos: sabemos que será un éxito. Además, ¡es tan fácil de contar! Imágenes grandes y atractivas, humor a raudales y, sobre todo, una estructura perfecta que abre la puerta a la creatividad.

Por eso lo elegimos para iniciar la Ruta 6, nuestro pequeño laboratorio de creación literaria. Por un lado, queríamos reivindicar la gratuidad de la literatura, el puro disfrute del juego con la palabra. Y sin renunciar a ello, era perfecto para mostrar la fuerza de una estructura bien trabajada.

Para poder comunicar QUIÉNES SOMOS necesitamos estructuras claras, fácilmente reconocibles y reproducibles. Las estructuras no son sólo “forma”. Son el esqueleto del contenido, aquello que lo sostiene y le permite crecer. Uno de los cometidos más importantes de la educación es precisamente establecer esas estructuras donde se asienta el conocimiento. En un mundo donde los datos se multiplican incesantemente, las estructuras nos permiten acceder a ellos y organizarlos de un modo que nos resulte útil. Hay que conocer las estructuras incluso para poder romperlas y hallar nuevos caminos.

Hoy os dejamos también una ficha descargable para crear personajes llenos de matices, especialmente monstruos. A vosotros os toca dejar espacio para el diálogo y la creación: debatir con los niños sobre qué significa elegir, tener la libertad para hacerlo y aceptar sus consecuencias; crear historias fantásticas y plasmarlas con imágenes…

Los caminos son múltiples. Sólo hace falta ser valiente y atreverse a averiguar lo que sucede cuando nace un monstruo.

ficha rutas cuando nace un personaje

ficha Cuando nace un personaje


LOS CINCO DESASTRES

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LOS CINCO DESASTRES

Beatrice Alemagna

A buen paso

 

Éste es un libro incómodo. Con su aspecto inocente y descuidado, su discurso simple… Tan parecido al de un niño. Ese niño que todo lo olvida, todo lo guarda, se cansa cuando queremos que corra, corre cuando queremos que esté quieto… Un verdadero desastre, ¿no? Nosotros los adultos somos diferentes, ya hemos aprendido y madurado. Claro que no somos como el tipo perfecto. Ese nos cae gordo, es un estúpido.

Entonces, ¿de qué va la historia? Volvamos a empezar: tal vez los cinco desastres no lo son tanto. Pero sí. Incapaces de hacer nada, contentos de ser así. “¡ESO NO ESTÁ BIEN!”, exclamamos con el perfecto. Aunque no somos como él, ¿verdad? No nos enfadamos ni gritamos: “¡Entonces no servís para nada! ¡Sois un cero a la izquierda!”.

¿La moraleja es que hay que estar orgullosos de ser un desastre? Pues menuda conclusión. Debería haber un perfecto más simpático, con dotes sociales para organizar la mejoría de los pobres desastres, que seguramente no tienen la culpa de ser como son: tienen defectos y agujeros, el cuerpo blandito… Necesitan gimnasia y disciplina, cultura general y contenidos útiles para su futuro. Eso es todo.

Vaya libro. Nosotros lo haríamos mejor, que ni siquiera las ilustraciones están muy logradas. Todo muy descabalado. Es normal que los desastres sean así, pero el perfecto… ¿No dice que es bello, liso y con una preciosa melena? Pues no se la vemos por ningún lado. Se parece bastante a los otros, la verdad. Y si no mostramos con claridad la diferencia a los niños, ¿cómo van a saber elegir lo bueno? Necesitamos ejemplos y valores.

Ya os dije que era un libro incómodo. Incómodo para los adultos, porque nos refleja como en un espejo y no nos permite dar respuestas claras a las preguntas difíciles de tragar que nos plantea. Incómodo, como casi todas las propuestas que intentan, honradamente, mirar sin prejuicios. Y, si de eso se trata, ¿vamos a brindar desde aquí una “interpretación recomendada”? ¿O vamos a ser verdaderamente valientes y atrevernos a leer con los niños, a hacer frente juntos a los interrogantes que surjan?

 

 


HERMAN Y ROSIE

Corimbo Herman y Rosie

 

Herman y Rosie.

Gus Gordon.

Corimbo

 

La cubierta deja intuir un disco de vinilo. Sobre él, dos personajes interpretan su música, uno de espaldas al otro. El ambiente de jazz impregna cada página de esta historia: ¿una canción de amor?

Dicho así, puede sonar un poco extraño para ser un libro infantil. Sin embargo, las peripecias y desencuentros de Herman y Rosie en las calles de Nueva York no desentonan en absoluto entre los libros que hemos elegido para iniciar nuestras Rutas del 2015: hay búsqueda, identidad y relaciones que la conforman, tanto con el entorno como con aquellos que lo habitan.

Y la clave está en los detalles, esos mismos detalles que los niños adoran. Temas, palabras e imágenes nos parecen engañosamente sencillos, pero se desarrollan con la calma cuidadosa de las cosas bien hechas:

Desde las guardas, con su plano cuadriculado y bien reconocible, nos sumergimos en la ciudad más retratada por el cine. Recorremos un escenario donde todos hemos vivido ya muchas aventuras, aunque nunca hayamos puesto en ella nuestros pies. De hecho, es fácil asumir también la personalidad y los sueños de los dos protagonistas, artistas desconocidos que viven su día a día en apartamentos vecinos. ¿Por qué, entonces, nos detenemos en sus miradas? Porque lo familiar está lleno de sorpresas: pequeñas fotografías que se insertan con naturalidad en el trazo suelto del ilustrador; pedazos de cuadrícula que adquieren vida nueva como baldosas, tejido o papel pintado; postales que actúan como viñetas; anuncios, avisos o asientos contables que se suman a la historia; un skyline de recortes impresos y texturas misteriosas que colorean el espacio.

La magia podría venirse abajo con facilidad cuando llega el encuentro final, por todos esperado. Pero la maestría del último acorde vuelve a poner a la ciudad en el centro de la pantalla, ahora transformada por la compañía, por la emoción de descubrir juntos lo cotidiano y convertirlo en un proyecto de futuro.

No te quedes sólo con una cara del disco. Escucha también la “cara B”.

 

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DIBUJO DE UNA CIUDAD

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Dibujo de una ciudad.

Tejubehan.

Thule

Cierra los ojos. El aroma del papel es una alfombra voladora. Extiende tus manos para iniciar el viaje, deja que las yemas de tus dedos descubran la diferencia entre este libro y los demás. Escucha el rumor de las páginas, la suave fortaleza de sus alas: hay muchas voces ocultas en este objeto, mensajes que te buscan incluso antes de abrir tus sentidos a la imagen y al texto.

El camino ha sido más difícil de lo que imaginas. Esta historia es real y presente, como una carta manuscrita en tu buzón. Una carta de Teju, la autora.

“Me llaman Teju. Aquí es donde estoy, soy una niña de aldea.”

Una niña de aldea que se enfrenta al hambre y al bosque, al trabajo duro, a la pobreza. Que no debe cantar en público. No debe aprender a dibujar. Porque en la vida que le está destinada, sus sueños sólo pueden transformarse en oraciones.

Pero no es un milagro el que pone a su alcance primero la música y después la pluma y el papel. Es simplemente una persona que cree en ella como igual:

“Entonces Ganeshbhai me dice: <<¿Por qué no pruebas?>>

Es como magia. Me siento en un lugar con pluma y papel y mi mano se mueve sola. Líneas, puntos, más líneas y más puntos y ya tienes un dibujo. Puedo darle vida a cosas que he visto y he conocido y también a cosas que imagino. Incluso puedo mezclarlas.

He viajado durante toda mi vida, buscándome la vida, pero esto es un camino nuevo. Colma mi corazón.”

Unknown

Todos los libros nos transportan al interior de sus creadores. Sus miradas, sus sentimientos, sus palabras, se hacen nuestros a través de los personajes, aunque todo lo que cuenten pertenezca a otra época o sea completamente inventado.

Pero aquí, como sucede en una carta personal, no hay apenas distancia entre la mano que dibuja, su sencilla descripción de los hechos, y el final que se materializa entre nuestros dedos. No se trata solamente de la veracidad palpable en las palabras y los dibujos de Teju. Libros como éste existen gracias a proyectos como Tara Books, una pequeña editorial independiente de la India que no descuida ningún detalle de ese proceso de transmisión: Como ellos mismos declaran, “buscamos combinar la estética y la política, sin una pesada carga de pedagogía de manual, y recuperar la belleza con relevancia social. (…) Concretamente, estamos interesados en explorar modos de mirar, representar y pensar, especialmente de los individuos y tradiciones que han sido ignorados o relegados. (…) Realizamos talleres, investigación y documentación en torno a la pedagogía crítica, el arte indígena y popular, la lectura y la educación artística, la paz y los estudios de género.”

Todo esto es lo que perciben mis sentidos cuando les llega Dibujo de una ciudad. Y me doy tiempo para ello, como Teju:

“En este punto dejo descansar la pluma un momento. Hay tiempo para decidir.”

 

 


HILDA Y EL TROL

Hilda y el trol.

Luke Pearson.

Barbara Fiore

Hilda y el trol

“Llegó con tres heridas:

La del amor,

La de la muerte,

la de la vida”[1]

Dicen que hay sólo tres temas en toda la literatura. Dos de ellos llegan con nombre propio, e incluso cuando se entrelazan nadie discute su espacio: El Amor y la Muerte. El tercero, sin embargo, es un espíritu inasible en torno al cual se organiza el eterno debate: lo llamaremos vida, lo llamaremos viaje, lo llamaremos búsqueda. Cómo lo llamaremos.

La literatura infantil, a menudo temerosa del cuerpo rotundo del Amor y la Muerte, suele elegir ese territorio indefinido. Juega a lo largo y ancho del mismo, vistiendo el adjetivo “iniciático” como una suerte de documento preventivo, una “L” en el parabrisas trasero: estamos en periodo de pruebas.

¿Pruebas? En realidad no hay nada más vivo, más involucrado en la búsqueda ni que se la tome más en serio que un niño. Por ejemplo, Hilda. Las 24 horas (incluso mientras duerme) las dedica a explorar territorios, buscar indicios, comprobar teorías, experimentar nuevas situaciones. La relación con su madre es de una rara autonomía: niña y adulta permanecen en sus roles (la madre es cuidadora y referente, punto de partida y de regreso), pero las actividades de cada una conviven con las de la otra en medio de una amable libertad:

“-Mamá, pasaré el día dibujando en la montaña…

– De acuerdo, corazón. Vuelve a la hora de cenar, ¡y dibújame algo bonito!”

Brizna es la mascota compañera, perfectamente integrada, estética y ficcionalmente hablando: alguien a quien Hilda puede cuidar a su vez y mostrarle sus descubrimientos. Y el resto es un mapa abierto a la aventura: la naturaleza y la ciudad, los seres reales y los imaginarios, los libros y las actividades físicas… Hilda no renuncia a nada y cualquier lector con esa misma disposición es bienvenido a acompañarla.

Cualquiera, claro, que no tenga prejuicios sobre si un cómic es literatura, o es arte, o es lectura; si los grandes temas son para niños, si la literatura infantil puede interesar a los adultos, si fomentar la autonomía es bueno para las niñas, si los humanos tienen el pelo azul, si los trols existen, si hay mundos paralelos y galaxias habitadas, si se puede citar a Miguel Hernández para hablar de cosas como éstas…

[1] Miguel Hernández. Cancionero y romancero de ausencias.

asi es la vida del aventurero

 


SAM Y LEO CAVAN UN HOYO

Sam y Leo cavan un hoyo

Mac Barnett y Jon Klassen

Juventud, 2014

Sam y Leo cavan un hoyo

 

Un personaje muy despierto y dos amigos perseverantes: podría ser el equipo perfecto para un gran descubrimiento. Pero como dicen en mi pueblo: “El que no sabe lo que busca, no entiende lo que encuentra”.

¿Qué buscan, realmente, Sam y Leo? Algo espectacular, dice el texto. Y las imágenes muestran grandes diamantes ocultos en esa tierra que ellos cavan diligentes. Una y otra vez, los protagonistas toman decisiones que los alejan de los tesoros. El perro que los acompaña, junto con el lector, sabe que están a punto de alcanzarlos en el momento en que se desvían.

“Es muy frustrante” –dice una niña. “Es divertido” –comenta sonriendo otra, de menor edad. “Es como la vida misma” –piensa el adulto que las acompaña.

 

En los buenos álbumes ilustrados suelen encerrarse, de forma sencilla, grandes mensajes. La clave está en la forma en que los autores nos guían hacia ellos como una experiencia de búsqueda y no como algo resuelto de antemano.

¿Qué vamos a salir a buscar nosotros en el 2015? ¿Qué juzgamos espectacular, valioso o digno de horas y horas de persistente trabajo? Cada uno tendrá que trazar su propio mapa del tesoro, pero en lo que concierne a nuestras Rutas sigue siendo espectacular la forma en que los niños y niñas interpretan las lecturas y construyen con ellas estructuras de aprendizaje más flexibles y cercanas a la realidad. Sigue siendo muy valioso. Y un año más, en eso estamos.

¡Nos vemos  en el camino!

sam-leo-hoyo

 

 


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