¡Malacatú!
María Pascual de la Torre
A buen paso, 2018
Si hay un álbum que permite mostrar todo el poder que despliega la literatura infantil, dando cabida en su lectura tanto al niño como al adulto, ése es ¡Malacatú!. Sobre un texto del folklore que despierta tanto nuestra memoria afectiva como lingüística, María Pascual construye una escena cotidiana, doméstica. Y sin abandonarla, convoca la participación del cuerpo para un acto de recreación similar al de los juegos de calle: un ritual en el que la infancia se apropia del mundo mediante fórmulas que lo contienen y transforman.
En muchas actividades y formaciones, las Brujas insistimos en subrayar la importancia que han ido adquiriendo las páginas de guarda en el desarrollo del libro-álbum. Cuidado con la rana nos ofrecía un ejemplo perfecto, con ese “bosque negro como la boca del lobo” al que regresamos temerosos en cada amenaza que se cierne sobre la encantadora Desazón Zozobra y que nos sorprende al cerrar de manera impecable una desconcertante secuencia final.
María Pascual de la Torre ha sabido exprimir con la misma pericia las posibilidades de este elemento en su obra ¡Malacatú! Cada vez que abro este libro, una apacible cocina familiar nos recibe en nombre de sus personajes, desplegándose a la vez como campo de batalla y como representación de sus puntos de vista. En mi primera lectura compartida fue fácil bautizar al niño de flequillo indomable que ocupaba con sus juguetes la parte izquierda “del ring”, ya que uno de los asistentes lucía similar peinado y se prestó al juego. Nuestro protagonista se llamó Mario. La antagonista, que pronto se instaló al otro lado de la línea de simetría creada por el centro de la doble página, no podía ser otra que mamá, intentando defender el orden y limpieza de un espacio –y un tiempo- que ella también desea disfrutar.
¿Acaso no hemos vivido todos este conflicto natural entre la infancia absorta en el juego y el adulto que cuida y previene?
A partir de un cepillo de dientes que actúa como arma simbólica, tan bien utilizada que ni el más torpe podría quedarse en la conclusión de que es un libro para impulsar la salud bucodental, la magia se desencadena. Jitanjáforas y hechizos desatan nuestra lengua. Palabras cultas y populares, antiguas y modernas, científicas e inventadas. Qué les importa a los pequeños, mientras reflejen lo que sienten, lo que desean comunicar. Y con qué naturalidad se suma a ellas esta madre, inmersa en la tarea siempre renovada de nombrar la realidad, aprehenderla y otorgarla en herencia.
¿Queréis asistir a este teatro, esta canción, este cuento, esta película? Vamos sólo a leerlo en voz alta, sin añadir apenas nada, y volvemos otro día a esta propuesta inagotable.
Felices, felices palabras